No existe ley ni código moral para los más jóvenes de los barrios empobrecidos en la ciudad portuaria de Matadi, en el Congo. Estos muchachos son miembros de pandillas juveniles, conocidas como ‘kulunas’, que infestan las ciudades congoleñas y ya se han ganado la reputación de ser despiadados delincuentes que no hacen más que merodear las calles, robar a los lugareños, extorsionar a las empresas y organizar peleas multitudinarias en una vida llena de violencia y drogas.