El gobierno chino ha ordenado a sus aerolíneas que detengan la adquisición de nuevos aviones Boeing, en respuesta a las crecientes tensiones con Estados Unidos.
Esta medida no es solo simbólica. China es uno de los mercados más importantes para Boeing, y una congelación en las entregas podría provocar pérdidas multimillonarias y alterar completamente el panorama del transporte aéreo internacional.
¿Por qué China ha vetado a Boeing?
Todo se remonta al aumento de los aranceles por parte de Estados Unidos a productos chinos, impulsados por motivos económicos y estratégicos. La respuesta de China ha sido contundente: prohibir nuevas compras a Boeing y reducir progresivamente su dependencia de productos aeronáuticos estadounidenses.
Además, China ha aumentado los aranceles a piezas y componentes de aviones procedentes de EE.UU., y ha reforzado sus alianzas con fabricantes alternativos, como Airbus y COMAC, su propio fabricante nacional.
Boeing, en el ojo del huracán
Esta no es la primera vez que Boeing se ve envuelta en una crisis. Tras los escándalos del 737 MAX, los retrasos en el 777X y los efectos post-pandemia, la empresa ya estaba enfrentando una caída de confianza global. El bloqueo por parte de China solo agrava una situación delicada y podría empujar a Boeing a buscar mercados alternativos más estables.
El golpe más duro es simbólico: China es el segundo mayor cliente de Boeing. De los más de 4.000 aviones comerciales que Boeing espera entregar en las próximas dos décadas, más del 20 % estaban previstos para clientes chinos.
Airbus y COMAC: los grandes beneficiados
Mientras el conflicto entre China y Boeing se intensifica, Airbus y COMAC frotan las manos. El fabricante europeo ha recibido nuevos pedidos desde aerolíneas chinas, y todo indica que se convertirá en el proveedor dominante en el país asiático en los próximos años.
Por su parte, COMAC (Commercial Aircraft Corporation of China) sigue impulsando el modelo C919, una aeronave diseñada para competir directamente con el Boeing 737 y el Airbus A320. Aunque aún necesita mejorar en autonomía y eficiencia, el apoyo del gobierno chino asegura que COMAC tendrá más protagonismo en el mercado interno.
¿Qué consecuencias tendrá esta medida?
El veto de China a Boeing tendrá consecuencias globales que van más allá del sector aeronáutico:
Pérdida de empleos en Estados Unidos, ya que muchos proveedores dependen de los pedidos chinos.
Aumento de precios en el transporte aéreo, por la reducción de oferta de aeronaves.
Mayor presión política y económica entre las dos potencias, en plena guerra comercial.
Aceleración del desarrollo de aviones chinos, con el objetivo de sustituir completamente a Boeing y Airbus en el futuro.
¿Se pueden recuperar las relaciones?
De momento, la situación está lejos de solucionarse. Si bien algunos acuerdos pendientes podrían cumplirse, no se esperan nuevos contratos entre China y Boeing a corto plazo. El mensaje del gobierno chino es claro: quieren reducir su dependencia tecnológica y económica de EE.UU..
Para que la relación se recupere, haría falta un cambio de rumbo en las políticas comerciales de ambos países. Pero con el clima actual, todo apunta a una escalada prolongada.
Un cambio de paradigma para la aviación mundial
Este conflicto marca un punto de inflexión en la industria aeronáutica. Por primera vez en décadas, Boeing podría dejar de liderar el mercado global. La pérdida del mercado chino no es solo una cuestión de ventas: es un golpe a su imagen, influencia y competitividad.
Por otro lado, China demuestra que ya no depende de las potencias occidentales para su desarrollo estratégico. Con proyectos como el C919 o su creciente industria satelital, el país asiático está listo para volar con sus propias alas.