Frases de Manuel Belgrano fue un abogado, economista, periodista, político, diplomático y militar rioplatense de destacada actuación en la actual Argentina, el Paraguay y el Alto Perú durante las dos primeras décadas del siglo XIX.
Frases de Manuel Belgrano
- Pues deseo que todos sepan el bien para alegrarse, y el mal para remediarlo, si aman a su patria; así que nada oculto ni ocultaré jamás.
- El interés es el único móvil del corazón del hombre y bien manejado puede proporcionar infinitas utilidades.
- En mis principios no entra causar males sino cortarlos.
- Su único fin debe ser por un avenimiento… o veremos transformarse el país en puros salvajes.
- Ni la virtud ni los talentos tienen precio, ni pueden compensarse con dinero sin degradarlos.
- Esa paz tan estimable se compra al duro precio de la sangre y de la muerte.
- ¿Qué otra cosa son los individuos de un gobierno, que los agentes de negocios de la sociedad, para arreglarlos y dirigirlos del modo que conforme al interés público?.
- No hallo medio entre salvar a la patria o morir con honor.
- Yo no sé más que hablar la verdad y expresarme con franqueza esto me lo he propuesto desde el principio de la revolución y he seguido y seguiré así.
- Estoy muy acostumbrado a contrastes y más espíritu tengo en ellos que en las prosperidades; me ocurre siempre en éstas que después del buen tiempo viene el malo y en éste que ha de venir aquél.
- Sirvo a la patria sin otro objeto que el de verla constituida, ése es el premio al que aspiro.
- Que nos entristezcamos o nos alegremos, la mano que todo lo dirige, no por eso va a variar: esta es una verdad evangélica.
- Todo depende y resulta del cultivo de las tierras; sin él no hay materias primeras para las artes, por consiguiente, la industria, que no tiene cómo ejercitarse, no puede proporcionar materias para que el comercio se ejecute.
- Sin educación, en balde es cansarse, nunca seremos más que lo que desgraciadamente somos.
- Es preciso contener la venganza y pedir a Dios que la destierre, porque de no ser así, esto es de nunca acabar y jamás veremos la tranquilidad.
- Se apoderaron de mí las ideas de libertad, igualdad, seguridad, propiedad, y sólo veía tiranos en los que se oponían a que el hombre fuese donde fuese, no disfrutase de unos derechos que Dios y la naturaleza le habían concedido.
- A quien procede con honradez, nada debe alterarle. He hecho cuanto he podido y jamás he faltado a mi palabra.
- No hubiese un español que no creyese ser señor de América, y los americanos los miraban entonces con poco menos estupor que los indios en los principios de sus horrorosas carnicerías, tituladas conquistas.
- Mis intenciones no son otras que el evitar la efusión de sangre entre hermanos.
- El honor y el premio son los dos resortes más a propósito, para que no se adormezca el espíritu del hombre.
- Un pueblo culto nunca puede ser esclavizado.
- Deseo ardorosamente el mejoramiento de los pueblos.
- Quiero volar, pero mis alas son chicas para tanto peso.
- El estudio de lo pasado enseña cómo debe manejarse el hombre en lo presente y por venir.
- Soy muy amante de que todas las ciencias se sepan por principios y nadie pueda tener conocimiento de aquellas sin estar instruidos en éstos.