
Imagen: «Mario Vargas Llosa es nuevo orgullo para Latinoamérica», por
Globovisión,
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Mario Vargas Llosa, uno de los escritores más importantes del siglo XX y XXI, falleció el pasado domingo 13 de abril de 2025 en Lima, Perú, a los 89 años, rodeado de sus seres queridos. Con su partida, se cierra un capítulo esencial en la historia de la literatura universal y del “boom latinoamericano”, aquel fenómeno literario que lo convirtió en leyenda junto a otros nombres como Gabriel García Márquez, Julio Cortázar y Carlos Fuentes.
Un legado literario eterno
Premio Nobel de Literatura en 2010, Vargas Llosa deja un legado inmenso que atraviesa generaciones. Obras como La ciudad y los perros, Conversación en La Catedral, La casa verde o La fiesta del Chivo no solo transformaron el modo en que se contaban historias en español, sino que llevaron la literatura latinoamericana al corazón de Europa y del mundo.
Su estilo, comprometido, valiente y siempre en tensión entre lo íntimo y lo político, marcó una época. Además de novelista, Vargas Llosa fue también un agudo ensayista, cronista y columnista, alguien que nunca rehuyó el debate público.
Una despedida silenciosa
Lo que más ha sorprendido a muchos es la discreción con la que el autor enfrentó sus últimos años. Desde 2020, Vargas Llosa lidiaba con una enfermedad incurable que decidió mantener en la más estricta intimidad. A pesar de ello, continuó escribiendo y publicando hasta 2023, cuando lanzó su última novela, Le dedico mi silencio, y firmó su última columna.
Sus hijos anunciaron que no se realizará ningún homenaje público por deseo expreso del autor. Su cuerpo será incinerado en privado, en una ceremonia íntima, lejos del foco mediático que tantas veces le acompañó.
Un peruano universal
Aunque nació en Perú y siempre estuvo ligado a su tierra natal, Vargas Llosa también fue ciudadano del mundo. Tenía nacionalidad española, vivió en múltiples países, y fue senador en España. Su voz crítica y sus posturas políticas levantaron pasiones, polémicas y admiración. Fue un autor que vivió de cara a la historia, y que muchas veces la narró con una precisión quirúrgica.
El gobierno español ha querido reconocer su figura otorgándole, de forma póstuma, la Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio, uno de los mayores honores culturales del país. Una muestra más del peso que tuvo su obra en el ámbito hispano.
Una vida entre libros y debates
Más allá de la literatura, Vargas Llosa fue un personaje cultural total. Siempre participó activamente en la vida política e intelectual de su tiempo. Ya fuera debatiendo sobre el liberalismo, participando en elecciones presidenciales en su país, o polemizando con otros intelectuales, nunca fue indiferente.
Su pensamiento fue evolucionando con el tiempo, lo que generó tanto adhesiones como rechazos. Pero incluso sus críticos reconocen su inmenso aporte a la cultura y la lengua española.
La inmortalidad de un escritor
Con su muerte, la literatura pierde a uno de sus últimos grandes titanes vivos. Sin embargo, Vargas Llosa ya era eterno mucho antes de partir. Su obra seguirá viva, siendo leída, discutida, adaptada, traducida y estudiada. Sus palabras permanecerán en las bibliotecas del mundo, en las estanterías de miles de hogares, en los corazones de quienes alguna vez quedaron atrapados por su forma de narrar la vida y sus contradicciones.
Hoy lloramos su partida, pero también celebramos la vida de un hombre que vivió para contar, para escribir, para pensar. Gracias, Mario, por regalarnos tu lucidez, tu rebeldía y tu talento sin medida.