La palabra «yergue» es la forma conjugada de tercera persona del singular, en modo indicativo, del verbo erguir, que es un verbo irregular. Este verbo tiene dos significados principales: como transitivo, significa levantar y colocar algo de manera vertical, y como intransitivo o reflexivo (erguirse), implica ponerse de pie o elevarse. Es una palabra cargada de fuerza visual, que evoca imágenes de algo que se eleva o se levanta con dignidad y solemnidad, como si fuera un acto de resistencia o realeza.
El verbo erguir se utiliza con frecuencia en la poesía para resaltar la majestuosidad de una estructura o el acto de elevarse en un contexto de grandeza. Es común en la literatura española y su uso poético da lugar a imágenes poderosas de naturaleza, ruinas y lucha.
Poemas con la Palabra «Yergue»
Uno de los ejemplos más destacados del uso de «yergue» en la poesía española es el poema «La casona» de Amós de Escalante, un texto que se caracteriza por su capacidad para evocar paisajes melancólicos y desolados a través de la fuerza de sus imágenes. En este poema, la palabra «yergue» se emplea de manera significativa para describir la torre que se erige, aún a pesar de su deterioro, simbolizando la permanencia y la resistencia de lo que fue.
La Casona
— de Amós de Escalante —
La ponderosa torre fulminada
se yergue al cabo del sendero rudo,
y el firme estribo y hazañoso escudo
dentro de la sonora portalada;
brocal roto, capilla destejada,
altar sin santo, campanario mudo,
y el tronco de un ciprés negro y desnudo,
guardián de aquella ruina desolada.
¿Dónde están, oh solar, los que surgieron
del oscuro linaje y te fundaron
y ser y nombre y majestad te dieron?
Luz de breve crepúsculo pasaron,
como niebla montés se deshicieron,
como ruido en el aire se apagaron.
En «La Casona», «yergue» no solo describe una torre que se alza sobre un paisaje árido y solitario, sino que también transmite la idea de algo que sigue erguido frente a la desolación. El verbo transmite la sensación de permanencia, incluso cuando todo a su alrededor está en ruinas. Este uso subraya la resistencia de la torre, un reflejo de las viejas glorias que, aunque deterioradas, se mantienen de pie, desafiando el paso del tiempo.
El poema utiliza «yergue» como una imagen de resistencia, un símbolo de cómo las cosas, las personas o las estructuras, a pesar de su desgaste, continúan existiendo de manera vertical, y tal vez, incluso, con una cierta dignidad en medio de la ruina.
El Significado Profundo de «Yergue»
La elección del verbo erguir en poesía no es casual. Su uso aporta una carga emocional y visual significativa, lo que lo convierte en un recurso privilegiado para expresar ideas de lucha, resistencia, grandeza caída o permanencia. El acto de «yergue» es, de alguna forma, un acto de valentía, un gesto de afirmación ante la adversidad. Es una palabra que, en su sonoridad, también tiene algo de rotundidad, de desafío.
En el caso de «La Casona», «yergue» actúa como una metáfora de la resistencia del pasado frente al olvido, de la grandeza de lo que fue frente a lo que ha quedado. En un mundo donde el tiempo pasa y las cosas se deterioran, el acto de erguirse es, en última instancia, un acto de memoria y de lucha por mantenerse a flote.
Así, «yergue» no solo sirve para levantar algo físicamente, sino que, en el contexto poético, se convierte en un símbolo de la eterna lucha por la permanencia, de lo que se mantiene firme aún cuando el mundo parece estar desmoronándose.