Si eres amante del tapeo, seguro que las patatas bravas ocupan un lugar especial en tu corazón (y en tu estómago). Son uno de los platos más populares de la gastronomía española, y aunque cada bar tiene su toque personal, existe una forma de conseguir ese sabor auténtico en casa. En este artículo te enseñamos cómo hacer patatas bravas como en los bares, para que sorprendas a tus invitados (o a ti mismo) con una receta sencilla y deliciosa.
Olvídate de las patatas blandas o la salsa sin gracia. Con esta guía lograrás unas bravas doradas, crujientes, con una salsa picante casera y mucho carácter, igualitas a las que sirven en tus bares preferidos.
¿Qué tienen de especial las patatas bravas de los bares?
Las patatas bravas no son simples papas fritas. Lo que las hace únicas es una combinación de factores:
Un corte en dados medianos, con bordes irregulares para más textura.
Una doble fritura que garantiza el equilibrio entre exterior crujiente e interior cremoso.
Una salsa brava con personalidad, picante, sabrosa y bien ligada.
Cada bar tiene su receta secreta, pero la base suele ser parecida: ingredientes sencillos, buena técnica y el punto justo de picante.
Ingredientes para hacer patatas bravas como en los bares
Para las patatas:
4 patatas grandes (variedad para freír, como agria o Kennebec)
Aceite de oliva abundante (o mezcla con girasol)
Sal al gusto
Para la salsa brava casera:
1 cebolla pequeña
1 diente de ajo
1 cucharadita de pimentón dulce
1/2 cucharadita de pimentón picante (ajusta al gusto)
1 cucharada de harina
200 ml de caldo de pollo o verduras
1 chorrito de vinagre de vino
Sal y pimienta
Opcional: una cucharada de tomate frito o concentrado de tomate para darle más cuerpo.
Cómo hacer patatas bravas como en los bares paso a paso
1. Pela y corta las patatas
Pela las patatas y córtalas en dados medianos, irregulares, de unos 3 cm. Esta forma ayuda a que queden crujientes por fuera y tiernas por dentro. Lávalas con agua fría para quitar el exceso de almidón y sécalas bien con un paño limpio.
2. Haz la primera fritura
Calienta el aceite a fuego medio (unos 140-150 ºC) y fríe las patatas durante unos 8-10 minutos, hasta que estén cocidas por dentro pero sin dorarse. Sácalas a un plato con papel absorbente.
3. Prepara la salsa brava
Mientras las patatas reposan, prepara la salsa:
Sofríe la cebolla y el ajo picados finamente en un poco de aceite hasta que estén bien dorados.
Añade la harina y remueve durante un minuto.
Incorpora el pimentón dulce y picante, remueve unos segundos y añade el caldo poco a poco.
Cocina a fuego medio hasta que espese, añade el vinagre, sal y pimienta.
Tritura todo con una batidora hasta obtener una salsa fina y homogénea. Puedes colarla si quieres un acabado más suave.
Consejo: ajusta el nivel de picante al gusto. Si te gusta suave, reduce el pimentón picante. Si lo prefieres fuerte, añade una pizca de cayena.
4. Segunda fritura: el toque crujiente
Sube el fuego o aumenta la temperatura del aceite a 180 ºC y vuelve a freír las patatas durante 2-3 minutos, hasta que queden doradas y crujientes por fuera. Escúrrelas bien y sala al gusto.
5. Monta y sirve
Coloca las patatas en un plato o cazuela, vierte la salsa brava caliente por encima y sirve inmediatamente. Puedes añadir un poco de mayonesa o alioli si te gusta la versión «mixta».
Consejos extra para que te salgan perfectas
Usa buena materia prima: unas patatas de calidad y un buen aceite hacen la diferencia.
No te saltes la doble fritura: es el truco que usan los bares para conseguir textura perfecta.
Haz la salsa con mimo: toma tiempo, pero es lo que lleva tus bravas al siguiente nivel.
Sírvelas al momento: recién hechas saben mucho mejor, no las dejes enfriar.
Variaciones regionales de las patatas bravas
Aunque la receta base es similar, hay diferencias notables según la zona:
Madrid: salsa roja, bastante picante, sin tomate.
Cataluña: se sirve con alioli y salsa brava.
Valencia: pueden llevar una especie de pisto o sofrito.
Andalucía: suelen acompañarse con salsas más suaves o especiadas.
Todas son válidas, y puedes adaptarlas a tu gusto. Lo importante es que la patata esté bien hecha y la salsa tenga carácter.
¿Se pueden hacer al horno o en freidora de aire?
Sí, aunque el resultado no será igual al 100 %, puedes conseguir unas bravas más ligeras usando:
Freidora de aire: cocina las patatas con una cucharada de aceite, a 180 ºC durante 20 minutos, moviéndolas a mitad de tiempo.
Horno convencional: precalienta a 200 ºC, hornea las patatas con un poco de aceite durante 25-30 minutos hasta que estén doradas.
Ambas opciones son válidas si buscas reducir grasas sin renunciar al sabor.
¿Con qué acompañar unas buenas patatas bravas?
Aunque son un plato por sí mismas, puedes acompañarlas con:
Cerveza bien fría o vermut.
Tapas de calamares, tortilla o chorizo frito.
Pan crujiente para mojar en la salsa.
Alioli casero para los más atrevidos.
Conclusión
Ahora que sabes cómo hacer patatas bravas como en los bares, ya no necesitas salir de casa para disfrutar de esta tapa tan castiza. Solo necesitas buenos ingredientes, una buena técnica y muchas ganas de saborear algo auténtico.
Con esta receta conseguirás unas bravas caseras con todo el sabor tradicional, perfectas para compartir, para acompañar una cerveza o simplemente para darte un capricho.
Atrévete a prepararlas, y verás cómo se convierten en una de tus tapas favoritas. ¡Buen provecho!













