Los 20 mejores «Ayer pasé por tu casa»: rimas locas y respuestas con veneno
¿Quién no ha soltado alguna vez un «ayer pasé por tu casa…» para vacilar a un amigo o ligar con estilo de barrio? Estas frases son un clásico del humor callejero, con rimas que a veces enamoran… y otras que duelen más que una chancleta voladora. En esta lista vas a encontrar las mejores rimas, cargadas de sarcasmo, picardía y creatividad, perfectas para romper el hielo, trolear con gracia o simplemente echarte unas buenas risas.
Prepárate, porque estas 20 frases tienen más filo que una suegra con megáfono, y son ideales para compartir en grupos, redes sociales o mandárselas al colega que siempre se pica. Algunas son dulces, otras bestias, pero todas tienen ese encanto callejero que tanto nos gusta.
Así que ya sabes… si ayer pasaste por su casa y te tiraron algo raro, ¡aquí tienes 20 formas de responder como un campeón o una campeona!
Los 20 mejores «Ayer pasé por tu casa»
Ayer pasé por tu casa y me tiraste una estufa. ¡Pero ni así logras calentarme!
Ayer pasé por tu casa y me tiraste un beso. Como eres tan fea, me lo cambié por un queso.
Ayer pasé por tu casa y escuché un tiroteo. Eras tú tirándote pedos con eco.
Ayer pasé por tu casa y vi a tu hermana en la puerta. Pensé que me hacía ojitos… pero era bizca y tuerta.
Ayer pasé por tu casa y me tiraste un limón. La cáscara cayó al suelo y el jugo… ¡me dio acidez en el corazón!
Ayer pasé por tu casa y me tiraste un queso. Me lo comí sin pensar… pero estaba tieso.
Ayer pasé por tu casa y me tiraste un ladrillo. Mañana paso de nuevo y me construyo un castillo.
Ayer pasé por tu casa, me tiraste un limón. Mejor tírame a la cama y que empiece la función.
Ayer pasé por tu casa y me tiraste una flor. La próxima vez que tenga maceta… ¡me la llevo por amor!
Ayer pasé por tu casa y miré por la cerradura. Pensé que era un gato negro… pero era tu concha peluda.
Ayer pasé por tu casa y me tiraste un zapato. No me dolió… pero era feo un rato.
Ayer pasé por tu casa y sonaba un tambor. Me acerqué curioso… ¡y eras tú roncando con furor!
Ayer pasé por tu casa y me tiraste un cubierto. ¡Menos mal que no fue el postre, porque soy muy goloso y abierto!
Ayer pasé por tu casa y me tiraste un pescado. ¡Qué puntería la tuya, me dejó perfumado!
Ayer pasé por tu casa y me tiraste una carta. No decía “te amo”… decía “no me jartas”.
Ayer pasé por tu casa y me tiraste un colchón. Pensé que era invitación… ¡pero era para que duermas tú, bombón!
Ayer pasé por tu casa y me tiraste con jabón. Me diste una pista clara… ¡a ver si me baño, campeón!
Ayer pasé por tu casa y me tiraste una silla. Me senté a pensar… qué fea tu costilla.
Ayer pasé por tu casa y me tiraste un espejo. Me vi reflejado… ¡y huí como un conejo!
Ayer pasé por tu casa y me tiraste un mueble. Así no se trata al hombre que te vuelve débil.