Si eres de los 80, seguramente has compartido risas con tus amigos usando expresiones que, hoy en día, pueden parecer muy «random» pero que en aquella época eran lo más. Cada una de ellas tenía un toque único que definía a toda una generación, un lenguaje propio que nos unía. ¡Si las recuerdas, seguro que te sacan una sonrisa!
«¡Que no te enteras, contreras!» – Esta frase se convirtió en todo un clásico cuando alguien no entendía lo que estaba pasando o estaba un poco despistado. ¡Era la forma perfecta de llamar la atención de manera divertida!
«Qué risa, tía Felisa» – Usada para expresar diversión o incredulidad, esta expresión hacía referencia a una situación tan cómica que te dejaba sin palabras. Era una forma inconfundible de burlarse de algo o de alguien con mucho humor.
«¿Pero qué Pretenders?» – Esta frase, llena de desdén y confusión, se usaba para mostrar desconcierto ante algo que no se entendía o que parecía fuera de lugar. Los Pretenders, una banda de música de la época, tenían su lugar en la cultura pop, pero esta expresión denotaba lo inesperado.
«Flipar en colores» – Había que ver para creer. Si algo te sorprendía o te dejaba boquiabierto, no dudabas en soltar este grito de asombro. ¡Porque todo lo que te sorprendía se vivía al máximo!
«Toma Jeroma, Pastillas de Goma» – Un juego de palabras algo surrealista que hacía referencia a situaciones que nos parecían absurdas pero graciosas. Era el toque de humor aleatorio de la época, que no podía faltar en una conversación.
«¿De qué vas? -De Bitter Kas» – ¿Te has preguntado alguna vez de qué vas? Pues bien, la respuesta más inusual para esa época era ser Bitter Kas, un refresco muy popular en los 80. Así se convertía una simple pregunta en una declaración inesperada.
«Vete a freír espárragos» – Un clásico de las despedidas poco amistosas. Cuando alguien ya te había sacado de quicio, la mejor forma de mandar a esa persona a su casa era con esta expresión tan única.
«Guay del Paraguay» – Esta frase se usaba para expresar algo impresionante o genial. Y como todo lo bueno en los 80, ¡venía con ese toque de entusiasmo y energía que hacía la diferencia!
«Risas mil» – Cuando algo te parecía divertidísimo, la forma de expresar esa risa era directamente diciendo “risas mil”. Era la manera más efectiva de reflejar lo que estaba pasando en tu cabeza.
«La cagaste, Burt Lancaster» – En un momento en el que cualquier error era digno de ser señalado, esta frase hacía referencia al actor Burt Lancaster, y usarse de esta manera solo daba más humor a los tropiezos de la vida diaria.
«¡Ni hablar del peluquín!» – ¿Te has topado alguna vez con una mentira tan evidente que solo podías soltar un “¡Ni hablar del peluquín!”? Esta expresión era el símbolo de desconfianza ante situaciones un tanto absurdas.
«Superman, chorizo con pan» – La combinación más inesperada y cómica, como la mezcla de un superhéroe con comida rápida. Nada tenía sentido, pero todo cobraba un toque de diversión único.
«¡De eso nada, monada!» – Cuando alguien te proponía algo ridículo o te decía algo que no querías escuchar, no podías dejar de contestar con este tono tan característico. ¡Un clásico para rechazar situaciones!
«¡Chao pescao!» – Y para finalizar, la despedida definitiva, como si fuera la última vez que alguien te iba a ver. Un «chao pescao» no podía ser más de los 80, con ese toque de frescura y estilo irrepetible.
Estas frases, hoy en día, no solo siguen siendo una parte entrañable de la historia del lenguaje juvenil, sino que nos recuerdan la época dorada de los 80, llena de creatividad, humor y una forma única de ver el mundo. ¿Las recuerdas todas?