Cuando vayas a comprar fresas jugosas o verduras frescas, puedes o no detenerte en el pasillo de los alimentos congelados y consigues pensar con mucha razón que el proceso de congelación las despoja de algún valor nutritivo.
Nada es tan bueno para ti como fresco, por otro lado, el congelado suele ser más barato y está disponible todo el año y lo fresco es un término relativo, ya que las frutas y verduras pueden estar en movimiento, quedarse en las tiendas o esperar en tu refrigerador por algunas semanas.
Muchos intentaron perfeccionar el proceso de congelación antes de que se propusiera la tecnología de congelado rápido a principios de los años veinte, las frutas y verduras contienen entre 70% y 90% de agua y una vez cosechadas, pierden humedad rápidamente, son atacadas por microbios y degradadas por enzimas.
Hoy en día, se utilizan técnicas más nuevas, de como conservar verduras antes de congelar rápidamente, no hay sustancias químicas involucradas y si te preocupa que las frutas y verduras congeladas pierdan nutrientes, recuerda que las frescas también las pierden.
Los guisantes verdes pierden poco más de la mitad de su vitamina C en las primeras 24 a 48 horas después de la recolección, un estudio realizado que comparó nutrientes en ocho diferentes frutas y verduras frescas y congeladas como el maíz, el brócoli, la espinaca, las zanahorias, los guisantes, las fresas y arándanos, no encontró diferencias constantes entre las variedades frescas y las congeladas.
La vitamina C fue más alta en el maíz congelado y en los arándanos que en sus equivalentes frescos, había más riboflavina que es un tipo de vitamina B en el brócoli congelado en lugar de los fresco, aunque los guisantes frescos tenían más que los congelados, también analizaron la fibra y los niveles de minerales como el magnesio, el calcio, el zinc y el hierro y no encontraron grandes diferencias entre las formas frescas y las congeladas de las mismas ocho frutas y verduras.