Las frases que arrancan con “Tengo más hambre que…” son un clásico del humor español popular. Se usan para exagerar el hambre que uno siente, siempre con un toque ingenioso y a veces absurdo. Aquí tienes 75 frases divididas en cinco secciones: desde comparaciones con animales hasta situaciones surrealistas, todas para reírte mientras te rugen las tripas.
Tengo más hambre que el perro de un ciego
En este bloque están las frases clásicas y populares de toda la vida. Algunas suenan a refrán de pueblo, otras a chascarrillo de bar. Pero todas tienen ese sabor tradicional que no falla.
Tengo más hambre que el perro de un ciego.
Tengo más hambre que Carpanta en huelga.
Tengo más hambre que un náufrago en un velero.
Tengo más hambre que un tonto el día de su cumpleaños.
Tengo más hambre que el que mató a Manolete.
Tengo más hambre que un lagarto en el Polo Norte.
Tengo más hambre que el que vendía bocadillos en el desierto.
Tengo más hambre que un cuervo en una boda vegana.
Tengo más hambre que un mendigo en el Polo Sur.
Tengo más hambre que el que se comió las sobras de la nada.
Tengo más hambre que un mosquito en invierno.
Tengo más hambre que un oso después de hibernar.
Tengo más hambre que el que inventó el tenedor.
Tengo más hambre que un ratón en una caja fuerte.
Tengo más hambre que una monja en una despedida de soltera.
Comparaciones absurdas y surrealistas
Aquí entra el humor más loco y surrealista. Exageraciones al límite, situaciones imposibles y comparaciones que rozan lo absurdo. Pura creatividad para soltar carcajadas.
Tengo más hambre que un dragón en paro.
Tengo más hambre que un tiburón en el desierto.
Tengo más hambre que un unicornio en dieta keto.
Tengo más hambre que un cactus en un acuario.
Tengo más hambre que un elefante en una tienda de bonsáis.
Tengo más hambre que un pez en un buffet libre de carne.
Tengo más hambre que una vaca en una fábrica de alfombras.
Tengo más hambre que un robot en una tienda de embutidos.
Tengo más hambre que una cabra en una biblioteca.
Tengo más hambre que un gnomo en un Burger King.
Tengo más hambre que una paloma en una tienda de disfraces.
Tengo más hambre que un espantapájaros en huelga.
Tengo más hambre que un caracol en un maratón.
Tengo más hambre que un astronauta en una feria de tapas.
Tengo más hambre que una galleta en manos de Cookie Monster.
Frases con animales y personajes míticos
Las comparaciones con animales hambrientos o personajes de leyenda aportan un tono divertido, salvaje y con personalidad propia. Ideales para los más teatreros del grupo.
Tengo más hambre que un león en Semana Santa.
Tengo más hambre que un lobo en plena luna llena.
Tengo más hambre que un oso sin picnic.
Tengo más hambre que un vampiro en un desierto.
Tengo más hambre que un zombi en un gimnasio.
Tengo más hambre que King Kong en un menú infantil.
Tengo más hambre que Godzilla después de la siesta.
Tengo más hambre que un gremlin en Ramadán.
Tengo más hambre que un dragón con dieta de sopas.
Tengo más hambre que el hombre lobo en un festival vegano.
Tengo más hambre que un gato sin casa en Navidad.
Tengo más hambre que una piraña en ayuno intermitente.
Tengo más hambre que un tigre viendo MasterChef.
Tengo más hambre que un T-Rex con antojo.
Tengo más hambre que un perro en el programa de Arguiñano.
Tecnología, modernidad y redes sociales
Las comparaciones modernas le dan un toque actual y sarcástico, ideales para el que siempre está conectado o vive en modo millennial.
Tengo más hambre que el WiFi del vecino.
Tengo más hambre que un TikToker sin ideas.
Tengo más hambre que el móvil del repartidor.
Tengo más hambre que un influencer sin publi.
Tengo más hambre que un router en el Black Friday.
Tengo más hambre que Alexa con laringitis.
Tengo más hambre que un gamer sin Doritos.
Tengo más hambre que el algoritmo de Instagram.
Tengo más hambre que un youtuber sin haters.
Tengo más hambre que la batería del iPhone a las 5 de la tarde.
Tengo más hambre que un streamer en directo de 24 horas.
Tengo más hambre que el servidor de Hacienda en abril.
Tengo más hambre que un teclado sin letras.
Tengo más hambre que una tablet sin Netflix.
Tengo más hambre que el botón de actualizar en una oposición.
Situaciones cotidianas con hambre real
Aquí el humor viene de lo identificable: momentos reales en los que todos hemos pasado un hambre atroz. Son frases ideales para exagerar el drama diario.
Tengo más hambre que el que llega el último al buffet.
Tengo más hambre que un lunes sin café.
Tengo más hambre que estudiante en época de exámenes.
Tengo más hambre que el que espera la pizza y ve pasar al repartidor.
Tengo más hambre que un festival sin bocadillo.
Tengo más hambre que una dieta en Navidad.
Tengo más hambre que el que ve comer a otros en el metro.
Tengo más hambre que después de una borrachera.
Tengo más hambre que el que está a dieta y huele croquetas.
Tengo más hambre que cuando pasas por delante de una churrería.
Tengo más hambre que en casa de la suegra a dieta.
Tengo más hambre que después de salir del gimnasio sin merienda.
Tengo más hambre que cuando abres la nevera por quinta vez y sigue vacía.
Tengo más hambre que el que madruga y no desayuna.
Tengo más hambre que después de una reunión que se alarga hasta las 3.